Figura y fondo mantienen una relación llena de paradojas. Cuando fijamos la atención en la figura, el fondo se difumina. Pero la figura necesita del fondo; sin él, no podría ser percibida. A su vez, el fondo gana relevancia gracias a la figura. Figura y fondo simbolizan la unidad de los opuestos: se necesitan, se diferencian y a la vez, se unen hasta confundirse.