Alguien dijo: “Cuando Dios comienza a dudar del mundo, se acuerda de que creó la Provenza”. Difícil encontrar un azul más puro que el del cielo de la Provenza francesa. Esta foto que tomé en Sault, un pequeñísimo pueblo ubicado en el corazón de la región da fe de ello. Los paisajes y colores provenzales vigorizados por el potente sol de verano han servido de inspiración a artistas de la talla de Cézanne, Picasso, Van Gogh, Matisse, Renoir, entre otros.